domingo, 3 de julio de 2011

Cri, cri, cri


Es el sonido que ha poblado en este blog desde hace un tiempo, pero todo tiene explicación, como no. Desde luego todos sabemos que cuando morimos pasamos a la no-vida en la cual escribimos en internet, que acabamos comiendo por vicio y que tenemos una relación amor-odio con los vivos. :)

En fin, a lo que vamos, el otro día (¡el mejor recurso para no poner fecha!) iba a conectarme con mi móvil, pero vi que no tenía batería... ¡horror y caos! Como no, cogi el cargador y tras batallar desenredando el... ¡precioso! cable, me dispuse a enchufarlo, pero en el interruptor vi algo que hizo estremecerse a mi pútrido corazoncito zombie. En los agujeros donde va el enchufe, habían puesto huevos unas cucarachas, que dulzura :) Desde luego, no podía enchufar mi cargador y destruir a esas pobres criaturicas, así que esperé, cuidando pacientemente.

Como la madre de esas cucarachitas no volvía, cumplí con su tarea cuando nacieron 134 preciosas cucarachas. ¡Les puse nombre y aprendí a diferenciarlas! (Eufemia hace unos ruidos monísimos cuando duerme ^^)

Pero todo lo bueno acaba, y ya las cucarachas se han hecho mayores, ¡cómo pasa el tiempo! Y pensar que hace nada las mecía entre la descomposición de la piel de mis brazos... Sniff, echare de menos a esas pequeñinas.

Al menos, he cargado el móvil.

Dulces pesadillas sucios vivos.